jueves, 13 de junio de 2019

LLUIS COMPANYS ORDENA AL CAPITÁN BAYO CONQUISTAR MALLORCA





El Capitán Bayo, el hombre que quiso ganar la Guerra en Mallorca por Orden de LLuis Companys



"Perdimos Mallorca, perdimos la Guerra"

Así se expresó en su día el capitán Alberto Bayo (Cuba, 1892-1967), quien desembarcó en la isla el domingo 16 de agosto de 1936 con una misión: liberarla de los nacionales y recuperarla para el bando republicano. Una empresa que fracasó y que dio al traste con la carrera en España del discutido militar cerebro de la operación impulsada por Lluís Companys como Presidente de la Generalitat de Catalunya.




A pesar de este primer ataque en Punta Amer, que causó 422 bajas en un escuadrón de 6.000 hombres, según la propia contabilidad de Bayo, los milicianos republicanos consiguieron una penetración de siete kilómetros (hasta Son Servera). El capitán reconoce que ninguno de sus hombres supo nunca la "terrible verdad" sobre el desembarco. "En la guerra hay mucho ruido y pocas nueces", les arengaba. Pero los tambores de retirada sonaban más fuerte que sus soflamas. "El principal escollo que se encontraron en la isla", observa la doctora en Historia y también investigadora de la Fundación Largo Caballero, "fueron los bombardeos de la Aviación nacional, que impidió que los republicanos avanzaran".  ¡O tal vez, como relató, el mismo Capitán Bayo, la Milicia Comunista y Anarquista que desembarco se dedicó al asesinato, robo y expolio de todo lo que encontró y a la hora de combatir a la bayoneta corrieran hacia los barcos en busca de refugio!



En un trabajo Publicado en el ciclo de Conferencias realizadas en el CIC de Terrassa curso 1986-1987,  cuyos datos adjunto seguidamente, el mismo Capitán Bayo reconoce ya no la existencia del TERCIO DE MALLORCA, sino su brutal agresividad  en sus ataques a la bayoneta que producían la desbandada entre los milicianos que volvían a los barcos. Lo que no dice Bayo, para cubrirse las espaldas supongo, es que los ataques a la bayoneta era por falta de munición y de fusiles. Si comenta Bayo la terrible artillería de los fascistas que por cierto en aquellos primeros instantes no estaba todavía, y en todo caso luego fue de montaña y por lo tanto muy ligera. 




FOTOS DE LOS VOLUNTARIOS DE TERCIO DE MALLORCA  (JAIME I), FORMADO HACIA DOS DÍAS,
CON LAS BANDERAS DE LA REPÚBLICA CATALANA ARREBATADAS AL INVASOR CATALÁN





Prisioneros "Republicanos" PREFIERO DECIR ANARCO-MARXISTAS frente al local de FALANGE con las joyas robadas en el expolio de Porto-Cristo.

¡EN VEZ DE LUCHAR, MEJOR QUEMAR IGLESIAS Y ROBAR!.


Durante la primera pernoctación en Mallorca, Bayo, "tumbado en la tierra pelada y con una piedra grande por almohada", presintiendo el fracaso de la "aventura", comienza a hacerse preguntas: "Te han asegurado que te enviarán ayuda y armamentos, si llegabas a cumplir con tu gente lo que prometiste, o sea, desembarcar en esta isla fascista; pero dime, soñador ingenuo y optimista ¿recibirás los refuerzos prometidos?, ¿te mandarán el material que necesitas para proseguir tu conquista, o te dejarán abandonado en estas solitarias costas por tener los políticos otras luchas intensas e internas de partido que les preocupan más que el avance de tus fuerzas, en estas tierras, para ellos, lejanas y no necesarias?" El capitán iba sobrado de sexto sentido político: nadie le envió apoyos y le conminaron a retirarse. ¿Quién dio la orden? "Bayo culpó directamente del abandono de la isla a Indalecio Prieto, el ministro de la Guerra en Madrid. Prieto creía que se estaba invirtiendo demasiado en la operación mallorquina en relación con las necesidades que empezaban a acuciar al resto del territorio", observa la profesora Aroca, quien añade que también se han valorado las posibilidades de conflicto entre la Generalitat y el ministerio de la Guerra, pues éste quería recuperar el control absoluto del mando militar en el bando republicano. El caso es que una vez más se repite la historia: el Gobierno central prioriza otras comunidades por encima de las islas. Un grave error estratégico para el polémico militar, "que en algunas ocasiones ofrece una visión tergiversada de la historia para ensalzar su heroísmo". 



A día de hoy, el Capitán Bayo sigue generando muchas preguntas al lector y a los investigadores. ¿Por qué Lluís Companys confió en un militar que jamás llegó a ser de primera fila? La profesora Aroca intenta despejar incógnitas en su estudio introductorio. "Creyeron en él por su extensa carrera como militar, muy destacable en el campo de la aviación, y también por su conocimiento de la guerrilla en Marruecos, pues participó en la Guerra del Rif (1912-1928)", aclara la doctora. "El capitán formó parte de la Mehala Jalifiana número 6, con la intención de completar el dominio español en las zonas marroquíes aún en tierra de nadie. Allí se ocupó de formar a gente que no era militar para que luchara. Algo que no le funcionó en Mallorca pero con lo que después triunfó en Cuba", continúa. Bayo era un especialista en disciplinar la milicia, sabía que en la guerrilla había que reproducir e instaurar el modelo de mando único. Y trabajar bajo la estrategia "de pega y corre". 


Sobre la ideología de Bayo, Aroca opina que "no fue comunista hasta que no ayudó a los cubanos". Sí era progresista y anticatólico, "algo que quizá está relacionado con el hecho de que recibiera educación en Estados Unidos", detalla. 

Otra cuestión queda en el aire: ¿qué fue de Bayo tras el desembarco en Mallorca? El capitán volvió a Cataluña y fue destinado a una serie de misiones secundarias de las que no obtendría mayor gloria. Se empleó durante el transcurro de la guerra en una misión en Londres y París con turbios manejos para la compra ilegal de armas, y un destino en el Servicio de Investigación Militar del que le acusaron de desertar y en el que pudo hacer sus pinitos como espía. La contienda finalizó para Bayo en uno de los últimos bombardeos franquistas sobre la capital catalana en el que sufrió heridas en el ojo enfermo que había ocultado hasta entonces. Sorteando las dificultades del éxodo masivo, Bayo llegó a París donde fue hospitalizado y donde conoció el destino de su mujer y su hijo en un campo de internamiento del sur de Francia. Tras una serie de gestiones, ambos consiguieron pasaporte cubano y lograron embarcar en el vapor Flandes hacia América. Allí, sus tácticas militares triunfaron. Lo que le había salido rana en Mallorca, le salió redondo en Cuba: amaestró a los revolucionarios cubanos encabezados por Fidel Castro. Y entonces cambió su estatus: el perdedor español se convirtió en héroe cubano.




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