domingo, 3 de marzo de 2019

L´amo en Salvador (EL AMO SALVADOR) REQUETE MALLORQUIN DEL TERCIO DE SAN MIGUEL (Con 18 años Testigo de la Batalla de Porto Cristo)





Salvador de Francisco Segura 
Alias ´Balança´

REQUETE MALLORQUIN DEL 
TERCIO DE SAN MIGUEL
y
Testigo (joven) de la Batalla de Porto-Cristo




L´amo en Salvador, de 93 años, en su casa de Porto Cristo


"Había barcos republicanos hasta donde alcanzaba la vista. Era impresionante"


Testigo del desembarco de 1936. En aquellos tiempos Porto Cristo era un puerto pesquero y comercial emergente. Barricas de vino salían hacia Francia y era común que llegaran (de noche) productos de contrabando.



Salvador de Francisco Segura ´Balança´ (Porto Cristo, 1918), acababa de rebasar la mayoría de edad cuando le cambió la vida. Interesado hasta entonces en las labores del mar, el fútbol o las chicas, el estruendo de un proyectil lanzado por un submarino republicano entrada la madrugada del 16 de agosto de 1936, le levantó de la cama. No dejó de correr hasta 37 meses después.
—¿Dónde estaba usted cuando desembarcaron las tropas republicanas del capitán Bayo?
—Vivía con mi familia en una casa que todavía existe y que antes había sido la aduana (en una esquina de la actual plaça de l´Aljub), desde donde se podía ver toda la bocana del puerto. Eran las 5,30 de la madrugada cuando una especie de bomba me despertó. Después supe que había sido un disparo de un submarino que derribó la Torre dels Falcons. Entonces me asomé al balcón y vi toda una escuadra de barcos y más submarinos que emergían.
—Aunque en realidad no desembarcaron hombres en Porto Cristo...
—No, primero lo hicieron en cala Anguila, a unos tres kilómetros. Después en cala Petita y por último en sa Punta de n´Amer. En Porto Cristo dejaron material y cañones en el paseo de la Sirena y poco a poco los fueron llevando a la entrada del pueblo desde Manacor.
—¿Por qué cree que las tropas republicanas eligieron la costa de Llevant para intentar recuperar la isla?
—En 1934, el puerto había sido dragado para que las grandes embarcaciones pudieran maniobrar y Porto Cristo sirviera como punto comercial con Francia. En el pueblo vivían unas 200 personas entre marineros, carabineros y sus familias. Las barques del bou todavía iban a vela y se necesitaban dos para estirar las redes de pesca. Era un sitio tranquilo y de fácil acceso.
—Volvamos a los hechos, ¿Qué hizo entonces?
—Salí de casa y corrí hacia la carretera de Manacor. Por entonces jugaba al fútbol y estaba entrenado; pues bien, muchos falangistas me ganaban, huían. De repente paré y caí en la cuenta de que no sabía hacia dónde ni por qué huía. Volví atrás y me subí al tejado de unos conocidos, detrás de la iglesia. Desde la punta des Pagell hasta donde alcanzaba la vista en dirección Menorca, todo eran barcos. Era impresionante.
—Y volvió
—Sí. Sólo veía gente corriendo, pero no se veía a nadie desembarcando. Eran bombardeos. Bajé hacia el muelle. Entonces encontré a Salvador y Macià ´Camel·los´. Nos escondimos en una cueva del Penyal Blanc, en la zona del Cap des Toll. Pero los republicanos ya habían llegado. Nos dijeron que saliéramos, que pronto la artillería y la aviación empezarían a bombardear aquella zona.
—De nuevo huyó
—Así es. Nos fuimos en dirección cala Anguila. Allí nos encontramos con anarquistas escondidos intentando comer. Recuerdo que a mi me cargaron de cantimploras, ellos cogieron munición y al cabo de unas horas nos fuimos de vuelta. Nos pegaban tiros desde todas direcciones, sobre todo desde las Cuevas del Drach. Entonces en el muelle desembarcó la infantería de marina y arrasó hasta las Cuevas dels Hams, donde tuvieron lugar los primeros combates con los nacionales llegados de Manacor. El resto ya es conocido...
—¿Y qué pasó con usted después de todo aquello?
—Como ya tenía los 18, me enviaron a filas con los carlistas en 1938, en el tercio de San Miguel de Navarra. Recorrí casi toda la Península a pie tras los republicanos. Llegué a desfilar con el ejército de Franco por Barcelona.
—Pero usted mismo venía de familia republicana.
Es muy importante la respuesta de Salvador sobre su Abuelo, ya que demuestra que isleños de adscripción de izquierdas o Frentepopulistas lucharon con los desembarcados, como se presuponía.

—Sí. De hecho mi abuelo fue fusilado por los falangistas tras ser herido de bala precisamente en Porto Cristo. Y mi hermano fue el fundador de la UGT en el pueblo y de una pequeña Sociedad Recreativa para organizar las fiestas, con una biblioteca justo debajo de casa. Tenía unos 30 afiliados.
—¿No sintió usted miedo de que descubrieran de dónde venía?
—Fui desde Vinaroz a Zaragoza, hasta Barcelona, para volver hasta Salamanca, Cartagena y subiendo a Tolosa y Santander. Pues bien, siempre llevé conmigo un certificado que demostraba mi pertenencia a los requetés.
—Hasta rozó su espalda con la de Franco...
—Yendo precisamente hacia Barcelona.
—Pero aunque la guerra civil acabó en 1939, usted no regresó a Mallorca hasta finales de 1941, ¿Por qué?
—Cuando me licencié, pedían voluntarios para ir dos semanas con el ejército a Larache (protectorado español al norte de Marruecos). Yo quería ver el mundo y decidí que era una buena oportunidad. Se convirtieron en dos años.


¡UN AUTENTICO SOLDADO DE ESPAÑA VALIENTE HASTA LIMITES NO CONOCIDOS!.


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