domingo, 14 de febrero de 2021

"Un héroe de Dios y de España" UN SACERDOTE MALLORQUIN DE ACCION CATOLICA

 




UN SACERDOTE MALLORQUIN DE ACCION CATOLICA


¡Un héroe de Dios y de España!

 Cándido Fernández Bosch
Reverendo



El Reverendísimo sacerdote D. Cándido era un joven encargado de la Iglesia "Nostra Senyora de la Salut" de El Terreno que se enroló con entusiasmo en el bando nacional. Estuvo en la Victoria de los Milicianos Mallorquines de Acción Catolica, Requetes, Falangistas y voluntarios sin adscripción política y algunos militares sobre los milicianos de la Republica Catalana del Capitán Bayo que seguía ordenes directas del "President" LLuis Companys, en Portocristo (La Batalla por Mallorca).

Después se trasladó a la península. Estuvo en los frentes de Extremadura y Guadalajara, hasta que llegó a la batalla más dura del conflicto: el Ebro. Estaba felizmente adaptado a la guerra y no quería ser relevado. Se negaba a abandonar a los mallorquines que participaban en la conquista de «la Cataluña auténtica, grande y españolísima». Allí, en Gandesa (Tarragona), encontró la muerte en un bombardeo el 22 de agosto de 1938. Tenía sólo 25 años. Un proyectil cayó sobre la casa donde estaba junto al también mallorquín Bartomeu Rosselló.

Su asistente, Antoni Llabrés, fue el autor de la terrible misiva que notificó la tragedia a la familia: «No sé cómo empezar... Los ojos me lloran y el corazón me está sangrando de dolor y de pena. Vengo a daros una noticia triste, muy triste, teñida en sangre...». El cuerpo de Cándido está enterrado en el Valle de los Caídos.




En sus escritos se revela un Cándido entregado a la causa franquista por defender a Dios y a España. Daba varias misas al día y era capaz de confesar a 200 combatientes antes de entrar en batalla. También «atendía» a los enemigos capturados: «Se coge un rojo de 50 años. Hay que fusilarle. Le confieso y le doy la extremaunción». 

Cándido era «la admiración» de sus familiares. Le enviaban poesías ensalzando su sacrificio: «Viva España, viva Franco. Beso tu mano, sobrino. Quiera el Corazón Divino, no paséis ningún quebranto». Él respondía: «Aun cuando mucho deseo veros, el disgusto mayor que tendría sería irme a Mallorca sin haber terminado la campaña».




Recibió varios homenajes en la prensa mallorquina. La revista Mater Purísima dijo que era «un héroe de Dios y de España», descripción que ha dado título al libro. En 1942 Palma le dedicó una calle en el barrio de El Amanecer. En 2008, PSIB y Més le cambiaron el nombre por el del cantante catalanista Guillem d'Efak siguiendo en la linea de perder la Identidad BALEAR tan respetable como la Catalana.



(Centro)  Sacerdote Reverendo Don. CANDIDO FERNANDEZ BOSCH.

Alpargatas, monos de trabajo  y vestimenta civil. La boina del comandante habilitado me hace pensar en algún Tercio de requetés en la Batalla de Ebro ¿CRISTO REY? 



LA FUERZA DE ACCION CATOLICA EN MALLORCA

La conciencia de pertenecer a un bloque católico, heterogéneo en su composición, pero homogéneo en lo ideológico, se puede percibir a través de un comunicado que aparece en el número de Enero de 1932  de la revista Mater Purissima" y en el que la Federación se integra en la Junta Diocesana de Acción Católica. La integración definitiva se produce con la participación de las federadas de Palma y Manacor en la Primera Asamblea de la Juventud Católica Femenina de Mallorca celebrada en el monasterio de Lluc el 10 de Junio de 1934. Este acto masivo en el que participaron más de 4.000 jóvenes supone la primera demostración de fuerza del movimiento católico mallorquín. A todo esto cabe añadir la inserción en la revista a partir de 1935 de una sección que lleva por título “Actividades de la Acción Católica” en la que se forma a las asociadas en el espíritu de la misma.


Publicado en la Revista "Mater Purissima" nº196 año XVII del 1938

“[…] El héroe, se entregó a la Cruzada con fuego de pasión. Se multiplicó en gavillas de flechas prendidas en un haz. Alguien advirtió: A.J. le cazará una bala. Las balas lo respetaron. Pero aquellas ansias, aquellas garras, aquellas alas, eran desproporcionadamente grandes para la pequeñez del terruño. Saltó el mar. Se fue al cortejo con la muerte. Peleó como bravo. Y un día, el oro de su estrella chiquitina se cubrió de rojo, porque Dios, que sabe escoger las mejores espigas y las mejores lluvias para sus campos predilectos, exigió la sangre del héroe para purificar y lavar el morado de ignominia de una bandera de Imperio […]”





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