domingo, 29 de diciembre de 2019

EL ASESINO CAPITÁN BAYO SAQUEANDO Y MASACRANDO IBIZA "TERROR EN IBIZA"




EL ASESINO CAPITÁN BAYO SAQUEANDO Y MASACRANDO IBIZA 

"TERROR EN IBIZA"


18.09.2016 | 05:30

Acomodados ya en Cas Felius al escapar de la ciudad, en aquel trágico mes de agosto de 1936, se empezaron a avistar con cierta frecuencia aviones republicanos sobre la isla. Algunos arrojaban terroríficas proclamas, lo que derrumbaba nuestra moral infantil por imaginarnos sangrientos bombardeos y feroces combates que pudieran afectarnos. A nuestros mayores, sobre todo a mi abuela, lo que les preocupaba era que se trastocara el orden establecido. Octogenaria y tutora legal de nuestra hermandad huérfana, a su cuidado, le angustiaba que, como había ocurrido en la Rusia soviética, pudiera el Estado apropiarse de las tierras que teníamos, lo único con lo que podía sacar adelante a los cinco hermanos.

Temía, también, que pudiera llegar a ser realidad lo que a gritos propugnaban los anarquistas desde el balcón de la Casa del Pueblo, inmediata a nuestra vivienda en la ciudad: la tierra para quien la trabaje.


El capitán Uribarry, que se unió desde Valencia a la expedición "republicana" Anarco Marxista de Alberto Bayo a Ibiza, saluda a unas mujeres ibicencas bajo la escalera del muro de Ibiza. 

Igualmente le inquietaban los disparates que oía y leía sobre posibles reformas agrarias que iban mucho más lejos de la que había aprobado la República en septiembre de 1932, que era inaplicable en Ibiza. No solo porque aquí no se daban latifundios ni minifundios, oligarquía rural, ni proletariado campesino, sino porque la superficie mínima de las fincas legalmente expropiables era enormemente superior a la más grande de las ibicencas ya que, para que cupiera la expropiación, era preciso que un propietario tuviera entre 100 y 750 hectáreas de tierra, según el cultivo, en un solo municipio. Pero como que para muchos políticos o aspirantes a serlo –y más si son o quieren parecer revolucionarios–, donde no hay problemas hay que crearlos, también se predicaban aquí las disparatadas propuestas imposibles de aprendices anarquistas o comunistas. Difícilmente podían convencer a un campesinado de pequeños propietarios y mentalidad conservadora o a unos mayorales de buenas fincas que, en cierta forma, podían considerarse unos privilegiados.


Proclamas terroríficas
Las dos proclamas más terroríficas que se lanzaron sobre Ibiza lo fueron los días 7 y 8 cuando ya la columna de Bayo-Uribarry habia decidido la ocupación de la isla. Seguidamente, y para que no se pierda la memoria de las mismas, voy a incluir un extracto de la primera y la totalidad de la segunda.

«Guarnición de Ibiza. Pueblo de Ibiza. Sobre vosotros vuelan los aviones de bombardeo de la República.
Frente a vuestras costas esta dispuesta la escuadra republicana en línea de combate. De vosotros depende que comience, implacablemente, el castigo. Si una ceguera suicida os impide comprender vuestro error, reduciremos inexorable a escombros las casas que habitáis y arrasaremos vuestros campos en los que han fructificado la traición y el engaño. No queremos ruinas. No queremos sangre. Os estimamos como hermanos y como españoles y proletarios que sois. La República no es cruel, sino justiciera y humana. Rendíos ibicencos. Capitulad soldados. Os rendís no a la fuerza brutal, sino a la ley y al derecho, Capituláis no ante el enemigo, sino ante la República, ante la libertad, ante España (...) ¡Por vuestros hijos, por vuestros hogares, por vuestra Patria, por la República: rendíos! Si no izáis la bandera blanca, abriremos el fuego sobre la isla. Ibicencos: ¡Viva la República! Viva la Libertad!».
No era broma, el 7 de agosto la columna de Bayo-Uribarry desembarcó sin resistencia en Formentera. Su tarjeta de visita fue la de incendiar de entrada las tres iglesias de la isla. Por la tarde pensaban ocupar Ibiza a cuyo efecto los destructores ´Almirante Miranda´ y ´Almirante Antequera´ fondearon al mismo pie de las murallas, ya que los rebeldes no disponían de artillería, e intentaron parlamentar, pero al acercarse al puerto los parlamentarios, la ráfaga disuasoria de una ametralladora emplazada en el baluarte de Santa Tecla, disparada al parecer por error, hizo volver sobre sus pasos al bote que trasladaba a los parlamentarios. Inmediatamente, los dos destructores iniciaron un serio bombardeo sobre el castillo, secundado por los aviones que también lo bombardearon. Muchos de tales proyectiles pasaban por encima de su objetivo y caían por el centro de la isla. Nosotros, más que aterrorizados, nos refugiamos tras el enorme tronco de un algarrobo centenario que había en el huerto y, abrazados y llorosos, esperábamos rezando incoherentemente una muerte que creíamos inminente pues el silbido que dejaban los proyectiles al pasar por encima de nuestras cabezas era verdaderamente escalofriante. Los destructores se volvieron a Formentera para pasar la noche.
Irritado el capitán Bayo por la resistencia encontrada, se dirigió a las escuelas donde se hallaban detenidos lo presuntos fascistas y, sacando a un sacerdote, don Juan Torres Torres, y a un exmilitar, don Lucas Ramón Cardona, los hizo fusilar en la Savina y arrojar sus cadáveres al mar, en represalia por la resistencia hallada en Ibiza.



La segunda proclama era aún más espantosa que la primera, y recuerdo perfectamente que cuando la leí, después de ardua persecución por los campos, me eché a llorar de puro miedo y regresé rápidamente a casa para enseñarla. Decía así:
«Soldados Si dentro de una hora no habéis izado la bandera blanca y enviado un parlamentario a la Escuadra que se acerca, arrasaremos la isla con intenso bombardeo por mar y aire. El Gobierno de la República ha licenciado a todos sus soldados. No tenéis por qué obedecer a vuestros oficiales rebeldes; si no se rinden, matadlos; el Gobierno de la República os autoriza para todo. Avisamos a la oficialidad facciosa, que si suena un solo tiro contra estas fuerzas del Gobierno, fusilaremos a todos los jefes y oficiales sin excepción. ¡Viva la República! ¡Viva España republicana!».
Al leerla en casa el desánimo fue total. Hubo lloros y gimoteo. Se tradujo a los mayorales. Por las casas vecinas empezaron a verse banderas blancas. De acuerdo con los mayorales, se decidió ponerla también en la nuestra; se buscó un largo palo y con un trozo de sábana la pusimos acobardados. La izó Pep con maestría, atando el asta apocada a la recia chimenea.
Después de conquistada la Isla de Ibiza y Formentera por las fuerzas rebeldes de Mallorca, el comandante militar da cuenta al General Franco Jefe del Ejercito del Sur del resultado de la operación. la consabida táctica marxista.
Para conocimiento de toda España y de todos, se da a la publicidad el radiograma del comandante militar de Baleares al ser reconquistadas la tranquila y pacifica Isla de Ibiza por las tropas Nacionales:
De Baleares para Cáceres. Urgentísimo, numero 418. Recibido a las 5,30 h., 22 de septiembre de 1936. Comandante militar de Baleares a General Ejercito del Sur Franco:

"Reconquistada la isla de Ibiza en su totalidad por las tropas del ejercito, y las milicias de la Legión de Mallorca, Falange, Requetés y de Acción Popular y Renovación Española y Aviación, tengo el sentimiento de comunicarle la triste impresión que a todos nos produjo la desolación en que la sumieron las HORDAS comunistas y separatistas de la Generalitad de Cataluña y de Valencia. Al llegar nuestras tropas, la Capital había sido por completo abandonada; las gentes, atemorizadas a la vista de los crímenes cometidos por los rojos, huyeron al monte, donde pasaron hambre y privaciones. Profanaron las Iglesias; todas las casas de las gentes de orden, los bancos y establecimientos públicos fueron saqueados, robadas todas las joyas con que se adornaban las mujeres y algunas de ellas atropelladas. Solo el capitán Bayo se llevo mas de dos millones de pesetas, después de asesinar a los Jefes y Oficiales del Ejercito y clases de la Guardia Civil, así como paisanos, en numero de 20. Detuvieron a mas de 150 personas que hacinaron en el Castillo, privándolas de lo mas indispensable.

Basto la presencia de nuestra aviación , que averió algunas embarcaciones que tenían en el puerto los rojos, así como el temor de que efectuáramos un desembarco, para que estos, con un pánico tremendo, desembarcaran a toda prisa en Valencia, no sin antes cometer la vileza de cometer el ultimo saqueo de todas las viviendas, destrozando los muebles y ropas que no pudieron llevarse y con bombas de mano y ametralladoras asesinaron a todos los presos del castillo, excepto un cortísimo numero de ellos, que,  
en la desesperación, con los banquillos de las camas rompieron los barrotes de la prisión y se arrojaron por una ventana de 15 metros de altura, siendo recogidos heridos y muertos.

Estos asesinos, antes de partir, dijeron que infligían este castigo a Ibiza para vengarse de la derrota sufrida en Mallorca, donde tuvieron mas de dos mil bajas, y abandonaron todo el material. Triste y aleccionador contraste con lo que dijeron a su llegada, de que eran portadores de la cultura, de la civilización y de las libertades ciudadanas. Así es como procede esta horda de criminales. Esto convencerá al mundo de lo que encierra el Gobierno Legal de Madrid, y a que especie de criminalidad auxilian quienes ayudan directa o indirectamente  a dicho Gobierno.

ABC de Sevilla 23 de Septiembre del 1936


  

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